On Experiences
PLACES CAN REVEAL HIDDEN PARTS WITHIN US
Note: This post is divided into sections in English and Spanish. Each new entry begins with the English version, followed by the Spanish translation.
Nota: Esta publicación está dividida en secciones en inglés y español. Cada nueva entrada comienza con la versión en inglés, seguida de la traducción al español.
Some places are impossible to forget, especially the ones where we grow—or better yet, become someone new. These places hold a part of us, a memory of someone we once were, and it's not the place we reminisce about, but the part of ourselves we met or left behind.
People, streets, food, and other experiences can remind us of who we were, where we used to go, what we used to eat, and why we did what we did. That's what experiences do: they help us remember who we were and are—a blend of many parts we found at different places. Thus, we return to places not just to reconnect with old experiences but also to the parts of ourselves that those experiences brought to life.
Sometimes the fear of change can keep us trapped in the same experiences; suffocating us over time and making us believe we need to run away, find a new home or relationship, and start anew. However, it's not about running away but inviting adventure into our daily lives.
New experiences can deepen our connection with our inner selves. When we feel the urge to travel, it's often because there's a part of us we long to uncover—someone within who can introduce us to something new. These experiences help us grow and reveal new facets of who we are. After all, that’s what experiences do—they bring hidden parts of us to life. [End]
Algunos lugares son imposibles de olvidar, especialmente aquellos en los que crecemos o, mejor dicho, nos convertimos en alguien nuevo. Estos lugares guardan una parte de nosotros, un recuerdo de quien fuimos alguna vez, y no es el lugar lo que rememoramos, sino la parte de nosotros que conocimos o dejamos atrás.
Las personas, las calles, la comida y otras experiencias pueden recordarnos quiénes fuimos, a dónde solÃamos ir, qué solÃamos comer y por qué hacÃamos lo que hacÃamos. Eso es lo que hacen las experiencias: nos ayudan a recordar quiénes éramos y somos, una mezcla de muchas partes que encontramos en diferentes lugares. AsÃ, volvemos a esos lugares no solo para reconectar con antiguas experiencias, sino también con las partes de nosotros mismos que esas experiencias hicieron surgir.
A veces, el miedo al cambio puede mantenernos atrapados en las mismas experiencias, asfixiándonos con el tiempo y haciéndonos creer que necesitamos huir, encontrar un nuevo hogar o relación, y comenzar de nuevo. Sin embargo, no se trata de huir, sino de invitar a la aventura a nuestras vidas cotidianas.
nuevas experiencias pueden profundizar nuestra conexión con nuestro interior. Cuando sentimos el deseo de viajar, a menudo es porque hay una parte de nosotros que anhelamos descubrir, alguien dentro de nosotros que puede mostrarnos algo nuevo. Estas experiencias nos ayudan a crecer y a revelar nuevas facetas de quiénes somos. Al fin y al cabo, eso es lo que hacen las experiencias: sacan a la luz partes ocultas de nosotros mismos. [Final]